que se odiaba a si misma, y a todo el mundo por ser ciega.
Odiaba a todos, menos a su novio que la quería mucho.
Un día, consiguió un par de ojos sanos.
La operaron y pudo ver.
Cuando lo hizo, el novio le preguntó si se casaría con el,
a lo que ella respondió que no, porque se dio cuenta que él era ciego.
El novio, triste, lo comprendió y se despidió de su vida.
En su partida le dejó esta nota:
Tan solo te pido que cuides muy bien de mis ojos
pues te los regalé y ahora son los tuyos.
lunes, 6 de diciembre de 2010
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